jueves, 12 de julio de 2018

Y la Biblia tenía razón... ¿pero cuál es la razón de la Biblia?

Por: Arturo Campillo S.   

   No deja de ser curioso que en una época con tantos recursos tecnológicos, teólogos y defensores de la inerrancia del texto bíblico sigan teniendo como uno de su más usados argumentos, la obra Y la Biblia tenía razóna más de 60 años de su publicación. Sin embargo, este libro sufre del problema de toda obra "clásica": muchos hablan de ella, poco realmente la han leído. Ésta situación es más visible en el caso de la segunda "y revisada" edición de la obra, que deconstruye el triunfalismo de la primera.
   Pero hagamos un repaso de este texto fundacional. En 1955 Werner Keller, un funcionario alemán, periodista (colaborador del Berliner Tageblatt [1]), autor de no ficción y luchador de la resistencia antinazi [2] publicó el libro Und die Bibel hat doch recht. El éxito de su obra fue tan grande, que el año siguiente fue traducido al inglés con el título The Bible as History, y al español como Y la Biblia tenía razón.
   Este texto sigue siendo recomendado como el mejor texto que se halla escrito, probando la historicidad del texto bíblico... en todos sus relatos. Ciertamente en su tiempo fue un gran logro, pues como el mismo autor asevera en la Introducción de su libro, desde hacía un siglo que "académicos estadounidenses, ingleses, franceses y alemanes han estado cavando en el Medio Oriente, en Mesopotamia, Palestina y Egipto. Todas las grandes naciones han fundado institutos y escuelas específicamente para este tipo de investigación" [3] Y sin embargo, todos estos trabajos y hallazgos habían estado confinados "a un pequeño círculo de expertos" [4], lo que había contribuido a que la mayoría de la gente siguiera pensando que la Biblia sólo se trataba una recolección de relatos morales, insertados en un marco narrativo totalmente ficcional.
   Keller había estudiado Ingeniería y Medicina, e incluso en 1933 se convirtió en Doctor en Jurisprudencia. Sin embargo, como él mismo relata, al reportear los (entonces) recientes descubrimientos de los Rollos del Mar Muerto, entró en contacto con arqueólogos franceses e ingleses. Se sintió tan impresionado por lo que le contaban acerca de los hallazgos se hacían en Medio Oriente, "descubrimientos deslumbrantes, cuya importancia es imposible comprender de una vez, hacen que sea necesario que revisemos nuestros puntos de vista sobre la Biblia" [5].
   La apuesta de Keller en su obra, la expone sin cortapisas al final de la introducción de su obra:

Al reunirnos y trabajar sobre el material de este libro, que de ninguna manera pretende ser completo, me pareció que había llegado el momento de compartir con quienes leen sus Biblias y los que no, con eclesiásticos y agnósticos por igual, los descubrimientos emocionantes que han resultado de un examen cuidadoso de los resultados combinados de la investigación científica a lo largo de muchas líneas diferentes. En vista de la abrumadora cantidad de evidencia auténtica y bien atestiguada ahora disponible, cuando pensé en la crítica escéptica que desde el siglo XVIII en adelante hubiera podido derribar la Biblia por completo, no había dejado de martillear en mi cerebro esta única frase: "La Biblia ¡es correcta después de todo!" [4]

Pero, ¿realmente es así? Apenas en 1985, se publicó una "nueva edición revisada, ampliada y puesta al día" [6], en la que aparece como revisor y autor del epílogo Joachim Rehork, escritor y traductor especializado. En este epílogo, Rehork parece intentar moderar el estilo festivo del resto de la obra: 

   No obstante, si bien actualmente se sabe mucho sobre la Biblia, todavía no se sabe todo, ni con mucho. Las preguntas no han terminado. Al contrario, cada nuevo descubrimiento plantea nuevas preguntas... Entonces, a la vista de tal cantidad de interrogantes y coincidencias, ¿puede hablarse todavía de que la Biblia "tiene razón"? Desde luego "tener razón" puede referirse a planos completamente diferentes... Como documento de la fe, la Biblia no es para los creyentes ni comprobable ni refutable, ya que la fe empieza precisamente en el límite del saber y de la comprobación. Las pruebas que nosotros buscamos sólo pueden servir para decir que la Biblia tiene o no tiene razón como fuente histórica. [7] 

   Un poco más adelante, Rehork reflexiona sobre el contexto en el que debe entenderse al texto bíblico. Y no es como fuente histórica:

   No faltan eruditos -entre ellos historiadores, téologos, filólogos y arquéologos- que, tras un concienzudo estudio de la tradición bíblica, han llegado a la conclusión de que, en el fondo, el hecho de que los sucesos descritos en la Biblia sean verídicos o no tiene una importancia secundaria... En todo caso, lo importante es la revelación, no la exactitud de los detalles históricos. [8] 

   Cuidadosamente leídas, las conclusiones de Rehork tienen una consecuencia importante para la intención principal de la obra, que es la de demostrar que la Biblia tiene una veracidad no sólo en el campo de la fe, sino también en el científico. Las mismas conclusiones son ignoradas o pasadas en silencio por aquellos que siguen creyendo que el texto de Keller por sus "conclusiones científicas... no pierde vigencia" [9]:

   La Biblia es (o más bien fue) una obra histórica, pero no tal como la comprendemos ahora. Es la narración de un pueblo y su Dios, cuyo poder experimentaron los miembros de este pueblo a lo largo de la historia. Y su finalidad no es ser un protocolo irrefutable de los acontecimientos descritos. [10] 

[1] https://www.garzanti.it/autori/werner-keller/ 
[2] https://en.wikipedia.org/wiki/Werner_Keller_(writer)
[3] Keller, Werner (1956). The Bible as History. NY, Bantam Book (p. viii) (La traducción fue realizada por el autor de este post.)
[4] Ibid. p. x.
[5] Ibid. p. ix. 
[6] Keller, Werner (1985). Y la Biblia tenía razón. Barcelona, Ediciones Omega.
[7] Ibid. p. 450.
[8] Ibid. p. 447 - 448.
[9] http://impactoevangelistico.net/noticia/213-y-biblia-tenia-razon
[10] Keller, Werner (1985). Y la Biblia... Ibid. p. 451.